No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, mas bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de nuestro control las que nos condicionan.


Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto, tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre, influyen factores que a veces se escapan a nuestro control, sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean limitaciones personales, problemas de relación, etc.


Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos representan un problema, en mayor o menor medida. En algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.


Recuerda que:


La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. Benjamin Franklin

martes, 6 de diciembre de 2011

DE FOBIAS Y MIEDOS

Guillermo acaba de ser contratado por una multinacional de las telecomunicaciones, será el responsable de desarrollo en Europa, en las próximas semanas tendrá que viajar a Estados Unidos para un curso de formación, hasta el momento su tipo de vida no ha requerido que haga largos viajes, nunca ha hecho un viaje transoceánico, pero ahora tan solo de pensar en el vuelo experimenta un sudor frio y se le encoje el estómago... está pensando que tal vez no debería aceptar el trabajo.

¿Qué le está ocurriendo?, un joven profesional que encuentra el trabajo que tanto había deseado y ahora su pánico a volar le hace plantearse una renuncia, este hombre está sufriendo de aerofobia (fobia a volar). Aproximadamente un 10% de la población mundial sufre de algún tipo de fobia, la fobia es un temor irracional, extremadamente intenso que surge ante la presencia o el recuerdo del objeto o de la situación que nos da miedo, a diferencia de otros temores que todos experimentamos, la fobia no desaparece por sí misma y requiere tratamiento específico para superarla.

Existen diferentes tipos de fobias, las de tipo situacional (a viajar en avión, a subirse a escaleras mecánicas, ascensores, túneles.), las fobias a ambientes naturales (a las tormentas, alturas, agua, oscuridad), fobia a los animales, como la zoofobia (a los animales en general) o a cierto animal, a los perros, a los gatos, a las serpientes, a las aves de corral, fobia a la sangre/inyecciones/daño. Finalmente hay fobias a diferentes estímulos, a ciertas enfermedades, al atragantamiento, al tiempo, a la gravedad o a ciertos números, palabras o colores.

Las fobias más comunes son:

Fobia a las serpientes: el miedo a las serpientes es algo ancestral y está ligado a la supervivencia.

Aracnofobia: Miedo a las arañas, se da cuatro veces más en las mujeres que en los hombres, las reacciones de estas personas resultan exageradas para sí mismas y para otros, evitan lugares donde puede haber arañas o donde han visto telas de araña, incluso una fotografía puede provocarles pánico.

Claustrofia: Es el pánico a los lugares cerrados, como puentes, túneles, ascensores, coches, gimnasios, transportes públicos, las máquinas de hospital como el TAC. La persona con claustrofobia evita los lugares cerrados, por un temor irracional a que le falte el aire o a tener sensación ahogo. Se estima que entre un 2 y un 5% de la población padece esta fobia.

Agorafobia: Se trata del miedo a los espacios abiertos, es más común en las mujeres que en los hombres. El agorafóbico teme cualquier lugar donde no se sienta seguro o no pueda recibir ayuda. Suelen refugiarse en su hogar y rara vez sale, y cuando lo hace, experimenta una gran ansiedad.

Acrofobia: Miedo a las alturas, a asomarse a un balcón, estar en un mirador o junto a un precipicio, no es simple vértigo. Es bastante común, entre un 3 y un 5% de la población sufre miedo a las alturas.

Aerofobia: Es el tan común miedo a viajar en avión, quienes lo padecen, no solo experimentan una ligera inquietud en el momento del aterrizaje y del despegue, si no que el miedo les impide planear siquiera un viaje de este tipo, o les ocasiona trastornos de ansiedad ante la perspectiva de un futuro viaje meses antes de llevarlo a cabo.

Escotofobia o Nictofobia: Es el miedo a la oscuridad, aunque todos hemos sentido de niños miedo a los peligros que podían estar ocultos tras la oscuridad, fantasmas o monstruos, generalmente desaparece con la edad, si un adulto continúa teniendo pánico irracional a la oscuridad estaríamos ante la Nictofobia.

En una categoría diferente, estaría la fobia social, se caracteriza por un miedo intenso y duradero a una o más situaciones en la que el individuo va a ser observado por los demás y tiene que hacer algo, las situaciones más habituales que activan este tipo de fobia son, el miedo a hablar con desconocidos, a encontrarse en una multitud, a permanecer solo, etc. Quienes la padecen pueden experimentar sudoración, temblor, tartamudeo, taquicardia y rubor facial. Es de las fobias más comunes entre jóvenes y adolescentes, tan solo en Estados Unidos unos 15 millones de adultos sufren fobia social.

El último de los tipos de fobia es el conocido como trastorno de ansiedad generalizada, en estos casos las personas experimentan angustia y preocupación excesiva frente a una variedad de acontecimientos, y este estado se prolonga al menos por seis meses.

¿Por qué surgen las fobias?

Una de las causas posibles, es que la persona haya tenido en su infancia una experiencia traumática, a la que después asocia el elemento que le causa temor, por ejemplo, un niño es arañado por un gato furioso, y a consecuencia de ello el niño crece y se convierte en un hombre con ailurofobia (fobia a los gatos). También puede adquirirse de forma vicaria, la persona puede haber visto a otros, en vivo o filmados, tener experiencias negativas o mostrar miedo en ciertas situaciones y adquiere ese mismo miedo. En otras ocasiones los padres transmiten información amenazante, avisos sobre el peligro de ciertos animales, el riesgo de las tormentas, los rayos, etc. propiciando que sus hijos adquieran la fobia.

¿Pueden curarse las fobias? ¿Qué tratamiento seguir?

Antes de iniciar cualquier tratamiento, debería contar con el diagnóstico de un profesional para evitar que algo circunstancial u otro tipo de trastorno de ansiedad se confunda con la fobia. El especialista averiguará qué factores están implicados en el problema, qué objetivos se desea conseguir y establecerá un tratamiento para ese problema.

Las fobias específicas suelen tratarse mediante psicoterapia, se le enseñan al paciente las causas de su fobia y se le aportan técnicas para ir dominando la ansiedad ante el estímulo desencadenante. Las técnicas para controlar la respiración y de relajación, también pueden ser de gran utilidad. En general, para las fobias específicas, el tratamiento más eficaz es la exposición en vivo a las situaciones temidas, también se utiliza el modelado participante, la exposición en imaginación y la desensibilización sistematica, en ésta técnica, en lugar de estímulos directos se recurre a la imaginación del paciente para que proyecte en su mente el estímulo temido y vaya familiarizándose progresivamente con la situación y superándola.

En algunas fobias resultan útiles las técnicas de restructuración cognitiva que ayudan al paciente a corregir errores y a evitar la sobrestimación de los riesgos, este tratamiento se utiliza mucho con pacientes que padecen de aerofobia, claustrofobia o fobia a las alturas. En la fobia social resulta eficaz la terapia cognitiva y la exposición a situaciones sociales, también es útil el entrenamiento en habilidades sociales.

Guillermo consiguió superar su miedo a volar, muchas personas han conseguido volver a subirse en un ascensor, salir a la calle sin temor, o poder mirar una araña sin lanzar un grito de terror. Tú también puedes superar tus miedos irracionales, no permitas que una fobia limite tú vida

“El miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peores de lo que son” Tito Livio

martes, 8 de noviembre de 2011

PSICOFÁRMACOS II- PILDORAS DE LA FELICIDAD

Como continuación al artículo anterior, en el que clasificaba por aplicaciones, familias y principios activos a los psicofármacos, me gustaría añadir más aspectos sobre estas supuestas “píldoras” de la felicidad, cuyo consumo sigue aumentando en nuestra sociedad tan dada a medicalizar cualquier reacción emocional normal ante un acontecimiento adverso.  

¿Qué son?

Desde el punto de vista científico,  los psicofármacos son sustancias químicas naturales o sintéticas, que presentan una acción específica sobre el psiquismo, los fármacos que afectan específicamente las funciones del Sistema Nervioso Central (SNC), compuesto por el cerebro y la médula espinal, se denominan psicoactivos, porque pueden modificar la actividad mental. Actúan sobre diversas áreas psíquicas, pudiendo afectar al estado de consciencia, la psicomotricidad, la afectividad, la conducta y alterar la percepción sensorial. Pueden también inhibir el dolor, actuando sobre otros órganos y sistemas corporales en distinto grado.

¿Cómo actúan los psicofármacos?

Muchos de los medicamentos que habitualmente usamos, reducen los síntomas de una enfermedad sin curar la causa, cuando tenemos fiebre por un proceso infeccioso y tomamos una aspirina, conseguimos que la fiebre baje, pero no curamos la infección, tan solo reducimos el síntoma.

Los  psicofármacos frecuentemente actúan por control de síntomas, es decir no curan la enfermedad mental, pero casi siempre ayudan a la persona que sufre ese problema a poder llevar una vida más normal y a que no se sienta tan oprimida por el dolor o la tristeza, o en el caso de las psicosis, evitar las molestas voces en su cerebro. En algunos casos parecen conseguir la curación de la enfermedad.

Estas sustancias psicoactivas, actúan interviniendo sobre los neurotransmisores (la química cerebral), generando estados de ánimo artificiales que contrarrestan síntomas como el estado de ánimo negativo. La estructura química de las sustancias psicoactivas es muy similar a la de ciertos neurotransmisores u hormonas del Sistema Nervioso Central, pudiendo  alterar temporalmente el funcionamiento del organismo humano, ya sea favoreciendo (agonistas) o impidiendo (antagonistas) la acción de los receptores celulares. Algunos reducen la concentración de neurotransmisores en la sinapsis  (lugar de las neuronas donde se produce el impulso nervioso), mientras que otros aumentan la concentración sináptica de neurotransmisores por diversos mecanismos, además otros psicofármacos impiden el efecto de los neurotransmisores, bloqueando los receptores sobre los que actúan.

Lamentablemente, muchos aspectos de las enfermedades mentales no se pueden explicar únicamente por las alteraciones de los neurotransmisores, por lo que algunos psicofármacos parecen tener otros mecanismos de acción.

Los psicofármacos suelen clasificarse en tres grandes grupos:

Neurolepticos o antipsicóticos: se emplean fundamentalmente en el tratamiento de psicosis como la esquizofrenia, la fase maníaca de la psicosis maniaco-depresiva (psicosis bipolar) y las psicosis producidas por el consumo de drogas. Se emplean también en el tratamiento sintomático de estados de agitación y delirio agudo, en estados de confusión y en algunos casos de dolor crónico. En principio, todos los neurolépticos son eficaces y la elección de uno u otro, dependerá de la respuesta previa del enfermo al fármaco y de los efectos adversos que pueda presentar. Algunos tienen una acción de efecto prolongado y podrían ser más eficaces para problemas crónicos.

Ansiolíticos: se utilizan para aliviar o suprimir el síntoma de ansiedad, sin producir sedación o sueño. Actualmente los más utilizados son las benzodiacepinas  y la buspirona. Las benzodiacepinas tienen un efecto ansiolítico, hipnótico-sedante (ayuda a tratar el insomnio), relajante muscular y anticonvulsivo. La buspirona es un ansiolítico puro, sin apenas efectos hipnóticos o tranquilizantes, necesita de 2 a 3 semanas para hacer efecto y en general es menos eficaz que las benzodiacepinas.

Antidepresivos: se usan en el tratamiento de todas las formas de depresión, en general responden mejor a las depresiones endógenas. En los estados depresivos suele haber una baja concentración de neurotransmisores en las sinapsis neuronales, especialmente de noradrenalina y serotonina. Los fármacos antidepresivos tienden a elevar la concentración de neurotransmisores en las sinapsis. Alrededor del 80% de todas las depresiones responden al tratamiento farmacológico. El tratamiento debe mantenerse durante 4-6 meses y retirarse de forma gradual, ya que si se suspende antes o de forma brusca, hay  un gran riesgo de recaídas.

Tratamiento con psicofármacos

El médico antes de prescribir el tratamiento con psicofármacos tendrá en cuenta distintos factores como: el estado clínico actual de paciente, el diagnóstico, la historia clínica del paciente y los objetivos que se quieren lograr con la terapia farmacológica. En base a esos factores recomendará el fármaco y la dosis que considere más idónea para aliviar los síntomas del paciente.

Hay personas con depresión  o ansiedad que pueden necesitar medicación durante meses y luego no volver a necesitarla. Otras personas con trastornos como esquizofrenia o trastorno bipolar o en casos de depresiones recurrentes, tendrán que tomar medicación de forma indefinida.

¿Qué efectos producen?

Cómo cualquier otro fármaco, los psicofármacos no producen el mismo efecto en todo el mundo. La respuesta puede ser más rápida y efectiva en algunas personas que en otras.  El médico puede comenzar por un medicamento y cambiarlo por otro o cambiar las dosis si considera que el efecto terapéutico no es el deseado.

Entre los efectos más comunes que se producen, estarían la tolerancia, si una persona usa el mismo fármaco durante mucho tiempo puede necesitar dosis más elevadas para lograr el mismo efecto, asimismo algunos psicofármacos producen dependencia física o la imperiosa necesidad de tomar el medicamento para prevenir la aparición de síntomas molestos o el síndrome de abstinencia. Para evitar estos problemas, es importante que la persona siga las instrucciones del médico, dejar antes de tiempo una medicación puede hacer que no sea efectiva o por el contrario tomarla  más tiempo del prescrito puede ser perjudicial.

A manera de conclusión diré que si tenemos una actitud  adecuada ante los problemas cotidianos y somos equilibrados a la hora de enfrentarnos a ellos, buscaremos ayuda cuando sea necesario, y usaremos correctamente los fármacos que nos prescriban, sin caer en el uso y abuso indiscriminado de “píldoras” cual panacea capaz de solucionar cualquier problema.

martes, 4 de octubre de 2011

DORMIR Y SOÑAR

Si hacemos un breve recorrido por los distintos significados de la palabra “sueño”, encontramos  sueño como acto de dormir y periodo de descanso, sueño como proceso mental involuntario en el que nos adentramos en una realidad virtual formada por imágenes, sonidos, pensamientos y también sueño como el deseo que de manera consciente acariciamos y anhelamos.

Pasamos durmiendo más de un tercio de nuestra vida. Al caer la noche una pequeña glándula en nuestro cerebro, la glándula pineal, libera melatonina, adormeciendo el sistema nervioso central. El sueño tiene una función reparadora, durante este periodo, el cuerpo descansa, los músculos se relajan, el corazón se ralentiza y la respiración es más pausada, sin embargo el cerebro se activa, hay más actividad cerebral cuando estamos dormidos que cuando estamos  despiertos. 

Es durante el sueño cuando nuestro cerebro realiza algunas de sus funciones más vitales, trabaja poniéndose a punto, las células cerebrales se reparan, se ejercitan conexiones neuronales e incluso en algunas zonas del cerebro se producen nuevas neuronas. Necesitamos dormir, si no lo hacemos durante mucho tiempo, el cerebro desactiva el cuerpo, aún a riesgo de graves consecuencias. Cuando llevamos muchas horas sin dormir, nos sentimos embotados, torpes, disminuye la concentración y hasta podemos tener alucinaciones. 

¿Cuánto tiempo necesitamos dormir?  

Esto dependerá de la edad y de la persona, los bebés duermen prácticamente todo el día, unas 18 horas, un adulto duerme de media 7 u 8 horas, aunque algunos necesitan dormir menos tiempo y otros  algo más. Para que el sueño sea efectivo se requieren al menos 5 horas.

Cuando dormimos vamos pasando por diferentes fases o estadios del sueño: 

Fase 1 - Adormecimiento,  estado de transición entre sueño y vigilia. En este período se pueden producir microsueños y alucinaciones. Representa un 5% del tiempo de sueño.

Fase 2 - Sueño ligero.  Desciende el ritmo cardíaco y la respiración. Durante esta fase en el cerebro se alternan períodos de calma con otros de actividad. Ocupa un 50% del tiempo de sueño.

Fase 3 – Etapa de transición hacia el sueño profundo, dura unos pocos minutos.

Fase 4 - (sueño de ondas Delta). Es un sueño lento  en el que  tanto el ritmo respiratorio como las ondas cerebrales son  lentos.  En esta fase cuesta mucho despertarse, no suelen producirse sueños y dura aproximadamente un 20% del tiempo total de sueño.

Mientras dormimos se alternan, el sueño REM (Rapid Eye Movement)  o sueño paradójico y el NREM.  Durante el sueño REM  el cerebro tiene una gran actividad,  se capta y procesa información,  recuerdos, imágenes, sonidos y todo tipo de vivencias. En esta fase se produce un movimiento horizontal de los ojos y  suelen darse los sueños. Tenemos entre 4 y 6 episodios de sueño REM cada noche y ocupa alrededor de un 25% del tiempo del sueño.

¿Qué son los sueños?  ¿Por qué soñamos? 

Desde tiempos antiguos se ha dado mucha importancia a los sueños, se buscaba su significado y se seguían sus indicaciones,  algunos como el sueño del faraón de Egipto de las “siete vacas gordas y las siete vacas flacas, las siete espigas grandes y las siete espigas delgadas” todavía son recordados. 

Según los científicos todos soñamos, solo que muchas veces lo olvidamos. Los sueños pueden durar desde veinte minutos a unos pocos segundos. Se calcula que pasamos seis años de nuestra vida soñando. Si nos despertamos durante un sueño REM, es más fácil recordar lo que hemos soñado que en otra fase del sueño.

Los sueños contribuyen a la formación de nuestros recuerdos. En ellos aparecen un sinfín de vivencias, imágenes, fantasías y nuestros miedos más profundos. Los sueños son un enlace con nuestro subconsciente, a menudo tenemos en nuestra mente deseos, momentos vividos, temores prácticamente enterrados que no dejamos salir a la luz, durante el sueño la lógica se apaga y las inhibiciones desaparecen, permitiendo que afloren sin que nada se lo impida.

¿Qué significan los sueños?

Hay varias teorías, según una de ellas los sueños son lo que son y su significado es el que significa a primera vista. Otra teoría dice que los sueños sirven para procesar información,  para seleccionar y grabar en la memoria las experiencias del día anterior, eliminando lo que no es necesario. Otros apuntan a la función creadora de los sueños, partiendo de las ideas y preocupaciones del sujeto.

Sigmund Freud  pensaba que el verdadero significado de los sueños estaba en el contenido latente y que los sueños eran experiencias cargadas de simbolismos, generalmente relacionados con intenciones y emociones de la persona. Para Freud los sueños eran anhelos, una forma encubierta de satisfacer deseos inconscientes, por lo que ofrecían muchas pistas para revelar conflictos inconscientes. Por ejemplo los deseos sexuales pueden surgir en un sueño como los movimientos rítmicos en un paseo a caballo. La teoría de Freud provocó gran polémica entre los psicólogos contemporáneos, actualmente la teoría de Freud apenas se usa.

Carl Jung, otro psicólogo,  coincidía con Freud en parte,  pero creía que el análisis individual era clave. Jung pensaba que las interpretaciones de los sueños eran  más complicadas de lo que Freud afirmaba y que no se podía generalizar.

La teoría de la activación y síntesis, dice que nuestros sueños son subproductos sin sentido que se generan al azar durante el sueño REM, según esta teoría la excitación de nuestro cerebro durante la fase REM crea mensajes aleatorios que activan el cerebro, se trata de un intento de nuestro cerebro por dar sentido a los estímulos percibidos durante el sueño.

Trastornos del sueño

No todos disfrutan de un sueño placentero y reparador, entre los trastornos del sueño más comunes están:

Insomnio: estado  que consiste en tener dificultades constantes para dormir o  permanecer dormido.
Narcolepsia: ataques de sueño periódicos e irresistibles, incluso en el lugar y el momento menos oportuno.
Terrores nocturnos: sueños similares a pesadillas pero más aterradores.
Apnea: pausas en la respiración de unos segundos o varios minutos o respiración superficial.

El sueño ocupa una gran parte de tú vida, por tanto,  disfruta del sueño y descansa, atrévete a soñar despierto lo que deseas en tus sueños virtuales y cuando despiertes disfruta de todo lo que la vida te ofrece.

“De razones vive el hombre, de sueños sobrevive” – Miguel de Unamuno

domingo, 18 de septiembre de 2011

SOLTEROS “SINGLES” FENÓMENO DE NUESTRA ÉPOCA

“Se casaron y fueron felices para siempre jamás”, así acababan los cuentos de mi niñez  cuando el príncipe y la princesa se casaban. Ya queda lejos el tiempo en el que se esperaba que  una mujer se casase  y formase  una familia y en el que se hablaba con cierta lastima o desprecio de la “solterona”, aquella mujer que por circunstancias o elección no tenía un marido. Los varones solteros tenían cierta aureola donjuanesca  y se les presionaba para que sentaran la cabeza.

Como contraste, en el mundo occidental, las cifras de solteros están creciendo constantemente, según una estadística del INE (Instituto Nacional de Estadística) en España el número de solteros de entre 25 y 64 años ha pasado de 4 millones y medio de singles en 1991 a más de 7 millones en 2005, además el Instituto de Política Familiar afirma que para 2011, uno de cada cuatro hogares españoles será unipersonal. De estos 7 millones de personas, cerca de 6 millones son solteros (78%), medio millón son viudos (7%), y un millón más separados y divorciados (15%). En la Europa de los 15, en 2002 ya sumaban 158 millones, según los datos de Eurostat.

Es cierto que no todos los solteros viven solos, ni tampoco todos los que viven solos están solteros, ¿qué están ocurriendo? ¿Por qué ahora tantas personas siguen solteras?

En algunos casos se trata solo de una condición transitoria, los jóvenes deciden formar parejas cada vez más tarde y los que deciden casarse, todavía lo hacen más tarde. No obstante, hay una serie de factores tanto sociales como económicos que propician el aumento de esta forma de vida. Para ciertos grupos sociales la soltería es algo elegido y soportado del mismo modo que se soporta y elige una profesión. Todos conocemos solteros triunfadores y envidiados, en sectores tan diversos como la política, el arte o entre los actores, la anterior ministra Carmen Alborch, la Secretaria de Estado americana Condoleezza Rice o George Clooney por citar solo unos pocos.

Para algunos la incapacidad económica que les produce el bajo poder adquisitivo dificulta poder adquirir una vivienda y formar una familia. En otros casos la búsqueda, por encima de todo, de la realización personal, en su carrera, trabajo o entorno social, les resta tiempo para formar una pareja o hace que tenerla sea un obstáculo. Múltiples razones más, que van desde no tener que rendir cuentas a nadie, no estar dispuestos al sacrifico y entrega que pueden exigir las relaciones de pareja o no asumir responsabilidades extras.

Entre los atractivos de la vida del soltero estarían la autonomía, la flexibilidad para tomar decisiones, mayor capacidad económica, más tiempo para el ocio. Sin embargo también tiene algunos inconvenientes, suelen alimentarse peor, beben más, tienen peores hábitos de vida en lo que a horarios respecta. Algunas estadísticas dicen que los varones solteros mueren antes que los casados y que tienen mayor riesgo de suicidio. En el aspecto sexual, no siempre más equivale a mejor, y aunque pueden disfrutar de más compañeros sexuales, las relaciones esporádicas no les aportan la confianza y la estabilidad necesaria para estar plenamente satisfechos.

Muchos de los solteros, se quejan de que no pueden beneficiarse de las ofertas de viaje  de 2 x 1, que el coste de una habitación individual en un hotel es casi el mismo que una doble, de los tamaños familiares de los productos alimenticios en el supermercado y de lo difícil que resulta conseguir una hipoteca y más aún pagarla uno solo. Las cosas están cambiando en este aspecto, cada vez más supermercados ofrecen raciones individuales, algunas agencias de viajes ofrecen viajes para solteros y muchas empresas del sector del ocio hacen de los solteros un valor en alza al que dirigir sus productos.

Es también cierto que cada vez exigimos más del amor y de nuestras parejas, algo que aumenta proporcionalmente a nuestra edad, cuando elegimos pareja a los 20 nuestro nivel de exigencia es muy bajo, pedimos poco más que  atractivo físico y cierta simpatía, según vamos acumulando años y experiencias, comparamos y elevamos el listón, haciendo más difícil encontrar a alguien que se ajuste a nuestro perfil adecuado.

Ni todos los solteros son iguales, ni están en esa situación por las mismas razones, algunos están convencidos y satisfechos de su estado, que han elegido por razones profesionales, humanitarias o religiosas. Otros se consideran autosuficientes, completos en sí mismos y no necesitan a nadie, cultivan sus aficiones en soledad. Todavía otros se resisten a cambiar de estado por rebeldía, miedo  o egoísmo, no quieren asumir responsabilidades, ni compartir. Además algunos están resentidos o dolidos por relaciones anteriores y no quieren intentarlo de nuevo. Finalmente hay muchos que sufren la soltería como si de una enfermedad se tratase o están falsamente resignados porque su amor no es correspondido.

¿Cómo vivir la soltería de una forma sana?, algunas sugerencias:
  • Evita obsesionarte con encontrar pareja, la obsesión aumenta la ansiedad y hace más difícil enfrentarse a las situaciones.
  • Intenta crecer como persona y trabaja tu estabilidad emocional,  si nosotros no estamos bien con nosotros mismos y no nos queremos, seguramente será más difícil que alguien nos quiera.
  • Aumenta las actividades sociales, apúntate a cursos, talleres, actividades diversas, al hacerlo también aumentará la posibilidad de conocer a nuevas personas y  encontrar pareja.
  • Utiliza con cuidado, las webs de encuentros y las redes sociales,  aunque pueden ser una fuente de nuevos contactos, pueden darnos una idea equivocada de las personas y no sustituyen el encuentro tradicional en vivo que proporciona mucha más información.
  • Disfruta de todo lo bueno que tienes, más tiempo libre, mayor capacidad económica, más independencia y adáptate de buen grado a una reducción de esos haberes si decides compartir tú vida con alguien.
No olvides que la soltería no tiene porque ser sinónimo de soledad,  tal vez la peor de las soledades es la que sientes cuando estás acompañado por la persona no adecuada. 

Todos buscamos lo mismo, queremos ser felices, estemos solos o acompañados, nuestra felicidad depende de qué actitud tenemos ante las circunstancias que vivimos y el estado en el que estamos, aunque no siempre podemos cambiar las circunstancias,  siempre podemos cambiar cómo las vemos y en qué medida nos afectan.

lunes, 29 de agosto de 2011

RAZÓN vs EMOCIÓN - ¿QUÉ ES MEJOR?

Hombre racional frente a hombre emocional, ¿con quién te identificas?, históricamente la razón ha gozado de mayor prestigio que la emoción, sin embargo en los últimos años la neurociencia ha demostrado que son las emociones las que ejercen mayor influencia en nuestra conducta, que influyen más en cómo somos y que incluso pueden contribuir a nuestra salud o enfermedad.

En nuestros procesos mentales la razón y la emoción trabajan juntas, diferentes estructuras cerebrales permiten la interacción de ambas, la corteza prefrontal está implicada en lo que tiene que ver con la toma de decisiones y el razonamiento, mientras que la amígdala y el hipocampo son responsables de las emociones.

Originalmente las emociones eran meras respuestas instintivas simples, que permitían huir de peligros o acercarse a elementos beneficiosos, con el paso del tiempo estas respuestas se fueron haciendo más complejas y eficaces.

Todos los humanos, sin importar nuestra raza, cultura o el país en el que vivamos, reconocemos una serie de emociones básicas:

Ira: provoca contracción de los músculos, aceleración cardiaca y segregación de adrenalina. Nos prepara para luchar y defendernos.

Miedo: hace que nos escondamos o que salgamos huyendo, sirve para advertirnos de una amenaza.

Asco: nos protege de venenos o alimentos en mal estado que pueden dañar nuestra salud.

Tristeza: nos informa de las pérdidas importantes que hemos sufrido y además sirve para que los demás vean que necesitamos ayuda.

Sorpresa: ante un estímulo inesperado, positivo o negativo, hace que nos detengamos para poder elegir nuestra respuesta.

Alegría: nos produce una sensación de bienestar, seguridad y euforia que hace que queramos reproducir esa situación.

Cada vez que sentimos una emoción se ponen en funcionamiento multitud de mecanismos, se activan nervios, se liberan hormonas, se acelera  el ritmo cardíaco… todo nuestro cuerpo se moviliza, preparándonos para la situación que anuncia dicha emoción, todo esto sucede antes de percibirla de una manera consciente en forma de sentimiento.

En Septiembre de 2007 la revista Nature Neuroscience afirmaba que “la calidad de vida de un individuo depende de su capacidad para sentir las emociones de forma adecuada y para regularlas en respuesta a las circunstancias estresantes”

No se trata de reprimir o controlar nuestras emociones, no debemos anular nuestros sentimientos y ser únicamente racionales aunque tampoco podemos convertirnos en seres puramente emotivos, deberíamos conseguir el equilibrio emoción-razón. La razón nos ayuda a gestionar adecuadamente nuestras emociones, expresándolas de la forma adecuada, es la llamada inteligencia emocional, la base de los sentimientos positivos.

Las emociones y los sentimientos constituyen una parte esencial de la vida, los sentimientos influyen en la razón y la razón en los sentimientos.

Los pensamientos (la razón)  son procesos complejos mediante los cuales ordenamos, damos sentido e interpretamos la información disponible en el cerebro, algunos son el resultado de un sentimiento, en otros casos es el propio pensamiento el que influye en el sentimiento y produce una emoción.

¿De qué depende que tengamos un tipo de pensamiento u otro?

Nuestros pensamientos son afectados por la realidad externa, acontecimientos que podemos observar, medir o cuantificar y por la realidad interna,  sentimientos, recuerdos, creencias, expectativas, etc.

Generalmente no podemos cambiar los acontecimientos externos, aunque si podemos cambiar y manejar nuestra realidad interna, podemos decidir qué pensar y a qué queremos dar más importancia, en función de la interpretación que demos a un sentimiento tendremos un pensamiento diferente y nuestro estado de ánimo se verá afectado. A manera de ejemplo, la misma situación externa, la lluvia, puede producir dos posiciones distintas: ¡Qué mala suerte, y yo sin paraguas ¡ o ¡Hacía tiempo que no llovía, qué bien para la sequia¡

Algunas veces experimentamos  pensamientos automáticos, intrusivos y dañinos, estos también pueden ser modificados mediante entrenamiento.

No olvidemos que emoción y razón son procesos inseparables por lo que necesitamos equilibrar ambos procesos para tener vidas satisfactorias.

“La felicidad de tú vida depende de la calidad de tus pensamientos Marco Aurelio

sábado, 13 de agosto de 2011

LA CRISIS ¿CÓMO AFECTA A NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO?


Cada día en los últimos meses un nuevo acontecimiento nos sacude de nuevo, un país que tiene que ser rescatado por el fondo europeo, una revuelta en otro continente o en el propio, el aumento de las cifras de paro..., produciéndonos la sensación de que todo se derrumba bajo nuestros pies y que cada día puede ser aún peor que el anterior.

Millones de personas en distintos lugares del mundo están siendo afectadas de manera directa por la crisis, algunos no tan lejos de nosotros sufren dramáticamente sus consecuencias, sin embargo hay un sector importante de la población a quien esta situación económica no les afecta de manera directa, pese a lo cual, casi todos estamos afectados por el pesimismo y desaliento que genera la crisis que nos impide disfrutar de las cosas que nos rodean. 

Para los que no están afectados de manera directa por la crisis, resulta “peor la sensación de crisis económica que la crisis en sí misma”. 

A nivel social, recibimos mensajes de  políticos, financieros y personas influyentes de diferentes ámbitos de la sociedad, que podemos percibir de una forma ajustada a la realidad o no y que puede influirnos emocionalmente, aumentando la frustración, ansiedad, baja autoestima, tensiones y agresividad con los demás, en el trabajo, el hogar u otros lugares.

Si nuestro estado de ánimo está deprimido y tenemos una visión negativa de las cosas, pudiéramos decidir no intentar algún reto u objetivo que teníamos previsto, no queriendo arriesgarnos por miedo a que nos salga mal, entrando en un bucle en el que como no hacemos nada por miedo, tampoco conseguimos avanzar.

Algunos son especialmente vulnerables a la sensación de crisis, los jóvenes que están empezando en el mundo laboral, la tercera edad y las mujeres que no tienen trabajo.

A nivel individual, todos podemos hacer algunas cosas que nos ayudarán a cambiar esa sensación negativa:
  • Algo tan simple como dar la vuelta a nuestro razonamiento, en vez de pensar en “lo que nos falta”, pensar en “lo que si tenemos”, en las cosas con las que contamos, en todo lo que hemos logrado, en nuestro “haber” más que en el “debe”. 
  • Ponernos metas razonables, primero a corto y medio plazo, para una vez alcanzadas pasar a otras más ambiciosas y de largo recorrido. 
  •  Si estamos en una situación difícil, para poder tomar una decisión acertada, debemos conservar la tranquilidad, calcular y evaluar las variables y situaciones de forma lógica y positiva.
  • Trabajar nuestra actitud para que llegado el momento seamos nosotros quienes controlemos la situación y no sea la situación la que nos controle y anule. 
  •  Los que somos padres tenemos el deber de transmitir a nuestros hijos un mensaje positivo, de esperanza, evitando el derrotismo antes de tiempo.
A nivel institucional y social, tanto políticos como empresarios, deberían transmitir un mensaje razonable, sin caer en un optimismo infundado, buscar soluciones y explicar qué cosas se pueden hacer y cómo podemos contribuir cada uno de nosotros al éxito de esas soluciones. Un mensaje tranquilizador desde estas fuentes influyentes ayudaría mucho a reducir el miedo.

La historia de la humanidad ha demostrado la gran capacidad de adaptación al entorno que tiene el género humano. Las crisis como las desgracias pueden hundirnos o hacernos más fuertes y más sabios, tú decides como te enfrentas a ella, de tu actitud dependerá el resultado ¿saldrás airoso y fortalecido?

En las situaciones difíciles aflora lo peor y lo mejor de nosotros mismos, sin embargo en épocas de crisis, muchas personas ingeniosas y creativas consiguen sus mejores resultados y obtienen grandes éxitos en sus negocios ¿qué les hace diferentes?, tal vez la clave esté en su enfoque de las situaciones, se enfrentan a ellas de manera diferente, porque como decía Einstein “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.

viernes, 29 de julio de 2011

VACACIONES LUJO O NECESIDAD

El concepto veraneo o vacaciones, se desarrolló en Europa durante el siglo XVIII, originalmente eran la realeza y los nobles quienes al llegar el verano trasladaban su residencia a quintas y castillos,  donde podían cazar, bailar y disfrutar de los placeres de la vida. Para el siglo XIX se hizo habitual, entre las clases más pudientes, ir a la costa para “tomar las aguas”. En España fue bien entrado el siglo XX cuando se popularizó entre la clase media, pasar unos días de vacaciones en el pueblo, la playa o la montaña.
Del lujo de unos pocos, en sus primeras etapas a la masificación de las vacaciones,  han pasado muchos años y también han cambiado las costumbres, lugares y hábitos durante ese periodo.
Pero ¿son en realidad necesarias las vacaciones o se trata de una moda, ya de largo recorrido, sin más?
Durante el año, la rutina del día a día, puede llegar a afectar  nuestro trabajo y nuestras relaciones,  además el exceso de obligaciones pueden producirnos estrés, esto hace recomendable un cambio de escenario, un cambio de actividad que nos permita descansar de los compromisos habituales y disponer de unos días de vacaciones.
Como en todas las cosas, necesitaremos un periodo de transición para ir bajando el ritmo de actividad y adaptarnos al nuevo escenario, para luego ir subiendo nuestra actividad según deseemos, sin prisas ni agobios, y planificar qué hacer sin que ello suponga una nueva fuente de angustia y presión.
El tiempo libre que tenemos ante nosotros,  podemos interpretarlo como una oportunidad para cuidarnos, para curarnos en salud. El lugar al que ir y qué hacer, dependerá de nuestro gusto y circunstancias, pero lo más importante es el cambio de ritmo y la flexibilidad en todo.
Poder olvidarnos de despertadores, agendas e incluso el móvil del trabajo, tiene un efecto relajante, nos ayuda a desconectar. Al no tener que seguir un horario fijo, podemos variar la hora de acostarnos y levantarnos, comer a diferente hora ... También podemos vestir ropa más informal, aprender a estar ociosos, disfrutar de las oportunidades que se nos ofrezcan, visitar algún lugar desconocido, conocer a nuevas personas, practicar nuestro deporte favorito e incluso probar con alguno nuevo. En definitiva podemos hacer cosas diferentes de las que habitualmente hacemos durante el año.
Divertirse es sano y contribuirá a tener una vida más saludable, aprovechar estos días de vacaciones nos ayudará a aparcar preocupaciones, combatir obsesiones y paliar un poco la depresión que a veces nos afecta.
Algunas investigaciones con hombres de mediana edad, han constatado que el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias se reduce en un 20% y el de muerte en un 30%, cuando se dispone de un periodo de descanso fijo al año. Todos conocemos personas con éxito en el trabajo y en la vida que no son capaces de desconectar y tomarse unos días de asueto y que lamentable han acabado sufriendo problemas de salud que tal vez podrían haberse evitado.
¿Qué papel ocupa la familia en vacaciones?
Muchos de nosotros pasamos las vacaciones en familia, resulta  muy difícil encontrar un lugar que les guste a todos, tanto a niños como a padres, incluso entre la pareja pueden existir diferentes gustos. Antes de comenzar el viaje conviene llegar a un acuerdo, buscar lugares que permitan actividades del gusto de todos y cierta movilidad de los distintos miembros de la familia. No siempre se comparten los mismos hobbies pero debemos intentar disfrutar de las vacaciones sin que ningún miembro de la familiar quede anulado, lo que produciría discusiones y malestar.
Durante estos días disponemos de tiempo para prestar más atención a nuestra familia, conversar con ellos y hacer cosas juntos,  es cierto que la convivencia produce conflictos  inevitables, pero  resolverlos puede ser enriquecedor y  nos ayudará a mejorar la relación
En nuestro tiempo libre elaboramos proyectos sobre qué queremos hacer con nuestra vida, planeamos cambios y soñamos con conseguir metas, pocas semanas después nos incorporaremos a nuestra realidad, con el capital de descanso y los buenos recuerdos que hayamos podido acumular en las vacaciones y deseando que vuelvan de nuevo.

Lejos de ser un lujo inasequible al alcance de unos pocos, las vacaciones son una necesidad para "poder seguir con nuestra vida", un cambio de ritmo necesario que nos refresca y renueva nuestras fuerzas, si todavía no has podido disfrutar de ellas, al menos dedica unos días a hacer algo distinto, algo que te apetezca, seguro que te sentirás mucho mejor.
“Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar” - Antonio Machado


jueves, 9 de junio de 2011

PSICOFÁRMACOS - PÍLDORAS DE LA FELICIDAD

Desde mediados del siglo XX con la aparición de los primeros antidepresivos, el consumo de psicofármacos se ha ido haciendo cada vez más habitual, en Occidente se hace uso y abuso de ciertas pastillas, algunas con “efectos milagrosos”, capaces de mejorar el  estado de ánimo, proporcionarnos un sueño placentero,  reducir los niveles de ansiedad, de stress, controlar ciertos trastornos mentales, etc.
No pretendo recomendar, ni tampoco condenar ninguno de ellos, esa labor le corresponde al médico y en su decisión influirán factores diversos, como la edad del paciente, el problema a tratar, la duración del mismo, posibles interacciones con otra medicación que el paciente esté tomando y otros más. Se trata, de agrupar por familias de productos, los psicofármacos más usados, indicaré primero el principio activo y a continuación los nombres comerciales. La siguiente lista, nos ayudará a conocer a grandes rasgos de qué estamos hablando o para qué sirve lo qué estamos tomando.
ANSIOLÍTICOS
Benzodiazepinas
De acción prolongada
Clonazepam (Klonopin, Rivotril, Ravotril, Clonagin, Diocam)
Diazepam (Valium, Alboral, Aneural, Ansium, Diaceplex, Dipaz, Drenian, Dipezona, Lembrol, Plidan, Saromet, Tepazepam)
Clobazepam (Karidium, Urbadan)
Clorazepato (Tranxilium, Dorken, Moderane, Tencilan, Justum)
Ketazolam

De Acción Intermedia
Alprazolam (Trankimazin, Xamax, Alplax, Prinox)
Bromazepam (Lexatin, Lexotanil, Atemperator, Octanyl, Neurozepam, Sedatus)
Lorazepam (Orfidal, Kalmalin, Sedatival, Ativan, Trapax, Reposepam, Emotival, Aplacasse, Sidenar)

De Acción Corta
Loprazolam
Oxazepam (Serax, Sucidina)
Temazepam

No Benzodiazepínicos
Azapirona
Buspirona (Buspar, Bespar, Ansial, Nerbet, Narol, Paxon, Neurosine, Tutran)
Gepirona
Isapirona
Tandospirona

ANTIDEPRESIVOS CON EFECTOS ANSIOLÍTICO
Venlafaxina XR (Effexor XR, Vandral Retard, Dobupal Retard, Elafax XR)
Escitalopram (Cipralex, Esertia, Lexapro, Meridiam, Ipran)
Paroxetina (Seroxat, Aropax, Paxil, Frosinor, Motivan)
Duloxetina (Cymbalta, Duxetin)

ANTIDEPRESIVOS
Triciclicos
Imipramina (Tofranil)
Clomipramina (Anafranil)
Desipramina (Nebril, Norpramine)
Amitriptilina ( Deprelio, Elavil, Tryptanol, Tryptizol, Uxen, Anapsique)
Nortriptilina (Ateben, Karile)
Trimipramina (Surmontil)

Tetracíclicos
Trazodona (Deprax, Desyrel, Taxagon, Trazolan, Trazonil)
Amoxapina (Asedin, Demolox)
Mianserina (Lerivon, Lantanon)
Mirtazapina (Remeron, Vastat)
Nefazodona (Serzone, Deprefax)
Maprotilina (Ludiomil)

ISRS (Inhibidores Selectivos de Recaptación de Serotonina)  
Fluoxetina (Prozac, Adofen, Reneuron, Foxetin, Fluoxac, Ansilan, Neupax, Zepax, Flutin)
Paroxetina ( Seroxat, Paxil, Aropax, Frosinor, Motivan)
Sertralina ( Besitran, Zoloft, Aremis, Atruline, Lustral)
Fluvoxamina (Luvox, Dumirox)
Citalopram (Celexa, Seropram, Prisdal)
Escitalopram (Cipralex, Esertia, Lexapro, Meridian, Ipran)

ISRD (Inhibidores Selectivos de Recaptación de Dopamina) 
Amineptina (Survector)

ISRN (Inhibidores Selectivos de Recaptación de Noradrenalina)
Reboxetina (Prolift, Irenor)
Oxaprotilina
ISRNS (Inhibidores Selectivos de Recaptación de Nordrenalina y Serotonina)
Venlafaxina XR (Effexor, Vandral, Dobupal, Elafax)
Milnacipram (Ixel, Dalcipran)
Duloxetina (Cymbalta, Duxetin)
Desvenlafaxina (Pristiq)

Inhibidores Específicos de  Recaptación de Noradrenalina y Dopamina
Bupropion (Odranal, Wellbutrin)
Nomifesín

Inhibidores Especificos de Recaptación de Serotonima y Dopamina
Banzinaprina

IMAO (Inhibidores de Monoaminooxidasa A y B)
Tranilcipromina (Pamate, Cuait D, Stelapar, Implicane)
Fenelzina (Nardelzine)


IRMA (Inhibidores Reversibles de Recaptación de Monoaminooxidasa A)
Moclobemida (Aurorix, Manerix)
Taloxotona (Humoryl)
Brofaromina


IMAO B (Inhibidores de Monoaminoxidasa B)
Selegilina (Eldepryl, Brintenal, Jumex)


Melatoninérgico e Inhibidor de los receptores Serotoninérgicos 5-HT2C
Agomelatina (Valdoxan)


Otros antidepresivos
Litoxetina
Tianeptina (Stablon)


SEDANTES-HIPNÓTICOS (somniferos)
Zaleplon (Sonata, Hegon, Hipnodem)
Zolpiden (Ezolin, Sedorm)
Zopiclona (Datolon, Limován, Siaten, Insomnium, Cronus, Foltrán,Navidorm)


ANTIPSICÓTICOS
Atípicos
Clozapina  (Leponex, Clozaril, Lapenax)
Risperidona (Risperdol, Goval, Spiron)
Olanzapina (Zyprexa, Midax, Olivin)
Quetiapina (Seroquel, Quetidin, Asicot, Quetiazic, Rocoz)
Ziprasidona (Zeldox, Geodon)

Nuevos antipsicoticos
Zotepina (Zoleptil, Lodopin, Nipolept, Losizopilon)
Loxapina (Loxitane, Desconex)
Sertindol (Serdolect)

A manera de conclusión diré que aunque no hay ningún fármaco inocuo, en mayor o menor medida  todos tienen contraindicaciones, efectos secundarios e interacciones, el médico, en cada caso, decidirá la conveniencia de su uso cuando ello conlleve más ventajas que inconvenientes. No hay ninguna pastilla capaz de hacernos más felices y darnos soluciones definitivas a nuestros problemas, pero algunas veces pueden ayudarnos a estar en mejor situación para acometer  una psicoterapia adecuada que potencie sus ventajas y acelere la recuperación.

Psicología para el día a día